jueves, 20 de diciembre de 2007

Belleza implícita





Su suerte fue nacer en Gónzalez Catán, ahí en el límite de la indigencia y la pobreza. Creció añorando lo que no tendrá, lo que no va a ser, pero igual sigue luchando por lo que puede conseguir. No tiene más educación que la pudieron darle la ignorancia de sus padres, la de las escuelas públicas a las que asistió, la de los cursos gratuitos que hizo, la que aprendió en cada trabajo a donde estuvo y la que la gente que conoce le brinda.
Ahora está en la sala de espera de aquella enorme oficina, aguardando saber si el puesto de trabajo será para ella. La cuestión está difícil, son dos las candidatas. Ambas tienen distintas capacidades, distintas realidades. Su currículum vitae esta completo, es altamente competitivo y tiene la gracia de querer progresar, por el otro lado solo tenemos el simple encanto de la belleza con sus beneficios. Así es, la otra postulante posee unos ojos verdes que enamoran, una piel de terciopelo blanco, un lacio cabello dorado, hasta tiene una apellido oriundo de alguna parte de Europa y goza de una hermosura, digna de ser publicada en cualquier comercial de tv. Mientras ella porta ojos marrones, que no hacen más que transmitir la oscuridad que otorga el cansancio, quienes son acompañados por su morena piel. Es hija de la cruza de una nativa del Norte argentino y de un mestizo de la Mesopotamia, de pelo negro, como todos al verla dicen tiene el alma. Su rostro es gran representante de sacrificio y lucha. Es la otra cara de la moneda, que tiene la pretensión de no caer más de faz al piso.
Llega el momento del gran anuncio, ya saben, el puesto no es para esta última. Sale del edificio, con su belleza implícita, y transita los caminos a la que la discriminación la lleva. Con la impotencia atravesada en la garganta y con el lagrimón en el punto de largada, se sienta en un cantero de la plaza por unos minutos. Intenta serenarse un poco, ya conoce como es esto, ya lo había sentido antes. Toma su carpeta se levanta y camina con la frente bien alta, tiene la esperanza y tal vez la seguridad de encontrarse con gente que no piense solo con los ojos.


10 comentarios:

Carlota dijo...

Elipse: me dejaste impactada con tu relato, que puede ser tu historia, o la mía, o la de tantas personas con una vida similar...ojalá los ojos estuviesen en el corazón, amiga. Un beso enorme, y perdona por mi tardanza.

Sergio XP dijo...

¿como haces para hacer sentir lo mismo que vos?
tenes un talento increible, adems sos una de las personas mas bellas que conozco.
besos! tkn

Anónimo dijo...

Precioso texto Elipse, siempre de una gran humanidad y razonamiento.
Besitos preciosa.

Elipse dijo...

Sr XP, andaba lejos de estos pagos ,hasta que un día encuentra el camino y vuelve...Me alegra saber de ud, yo también lo quiero mucho!!

Anónimo dijo...

Exelente relato que retrata sin vueltas la cruda realidad de una ciudad, o un país, plagado de prejuicios, recismo y xenofobia. También denota su gran talento y versatiliad a la hora de escribir, porque Ud. me ha hecho experimentar varias sensaciones con diferentes textos.
Siga por este camino, sorprendiéndome.

gen71 dijo...

Muy buen texto. Mejor ideología.
Mis respetos

gonza dijo...

"belleza implícita"

me gusto eso

Joaquin dijo...

Muy buen texto, es una lastima que en nuestro país siga existiendo semejante discriminacion. Es muy complejo los motivos que llevan a la gente a discriminar pero los principales son miedo y falta de educación.
Segui en la lucha, yo te banco.
Saludos

Anónimo dijo...

"Mientras ella porta ojos marrones, que no hacen más que transmitir la oscuridad que otorga el cansancio".

ojala las imagenes en vivo fueran tan lindas como esta que vos describis. te has ganado solemnemente mi respeto (que no es prestigioso, pero es lo que hay, vio). un gusto leerte siempre.
una abrazo

Carlota dijo...

Qué pases buena noche hoy. Y Felices Fiestas, un beso.