miércoles, 21 de mayo de 2008

Desiciones


Volvía pensante de Barrio Parque, su tarde era rara, una cierta melancolía se apoderó de sus pensamientos y la transportó al pasado. Su memoria lastimaba su presente. Evocaba a su niñez, los juegos por la tarde, los carnavales y lo bien que la pasaba. Anduvo distraída, suspirando y añorando volver a ser una niña, hasta que llegó a la estación de trenes. Permaneció sentada hasta que el tren llegó. Una vez dentro, fijó su mirada en una leyenda que estaba escrita en el respaldo del asiento de adelante. Una mujer con un bebé en brazos la distrajo, le pidió algunas monedas, pero prefirió ignorarla. Regresó a sus recuerdos, recordó cuando su perro rompió la zapatilla de su tía. Esa mañana conoció: las marcas que dejaba el cinto sobre la piel, que su tía aspiraba un polvo blanco y que significaba decidir.Después de la paliza tenía que desaparecer al cachorro, sino quería experimentar de nuevo, la locura de su tutora. Llorando alzó al animal y se lo llevó a un campo cercano. Durante todo el trecho, sufría y se lamentaba lo sucedido. No tenía valor para dejarlo y olvidarlo, lo había visto nacer y era una de sus razones para olvidar la tristeza. Llegada al descampado, meditó un buen tiempo qué hacer. Podía irse con él y vivir en la calle, esconderlo en su casa, dárselo a un amigo para que lo cuide, pero tal vez éste se adueñara del perro y nunca lo devolviera. No sabía que decisión tomar. Lo miraba con amor, un amor que ella desconocía, lo acarició, miró al cielo y tomó aire, y entre sollozos se fue sola. A partir de allí, su corazón quedó vacío, sin consuelo.Un vendedor irrumpe en su soledad, ella le pregunta en qué estación está, apresurada cruza todo el tumulto y baja. De su campera saca un atado de cigarrillos, se sienta en el cordón de la vereda y empieza a fumar. No sólo exhalaba humo, sino también tranquilidad. Su vida cambió. Decidir abandonar a su bebé, eliminaba sus presiones. Estaba segura que lo dejó en manos de gente bien, que nada le faltaría. Sabía que ella había cambiado su suerte. Se metía en la cabeza que no era una inconciente como su madre, quien la abandonó en lo de su tía, la cual a reglas de maltratos la crió.El cigarrillo se consumía y sus recuerdos también. La vida desde hace mucho le había enseñado que las primeras veces siempre cuestan y que es necesario saber desprenderse en el momento justo. En su marcha olvidaba a su bebé y serena regresaba a Villa Futuro, donde alguna clienta la esperaría con ansías para que le practique un aborto.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Piernas


Con mis piernas cerradas, puedo imaginar tu erecta presencia. Siento que te tengo acorralado y que no tienes más salida que hacerme gozar. Tomo rabiosa las sábanas, emanan gotas viciosas de mi cuero y te imagino…tu masculinidad, tu pelo, la aspereza de tus manos, esa mirada perdida y tu plácida voz…
Aprieto muy fuerte ¡Ahora si me penetras! Contengo la respiración, para que cada roce de mi sexo active más mis terminaciones nerviosas y llegue a encontrarte. Ejerzo toda presión posible, disfruto. Mi mente desquiciada mata mi soledad y estás conmigo, y te siento…eres mi respiración, mis movimientos…
Después de nueve minutos de locuras de mi carne, exhalo el aire con desesperación, Con la misma que con la que expulso mis fluidos y logro mojar mi ropa interior.