Elena a sido educada en el seno de una familia religiosa, desde pequeña le inculcaron el amor por Dios y por el prójimo. Siempre acompañaba a su madre a todas las celebraciones, una vez adolescente concurría a la iglesia por su propia voluntad.
Entre el camino diario que realizaba de la iglesia a su casa conoce a Rodolfo, un joven apuesto que logra conquistarla de inmediato. Comienza a noviar, con autorización de sus padres. Durante dos años de amor, Rodolfo pide su mano, felices los padres se la conceden, su hija cumplirá con el séptimo sacramento.
Ahí se la ve con su blanco vestido, felicidad en su rostro. Ambos han decidido incorporar a Dios en su matrimonio, saben que esta bendición los hará felices y los ayudara a enfrentar todas las adversidades.
Las cosas no sucedieron como se esperaban, la vida de casada parece costarle, talvez es una prueba que deberá superar. Por ello se pasa las noche conmemorando a su Dios, tratando quizás de ganarse el cielo. En sus charlas cotidianas sobre los pasos a seguir durante el día, se siente atormentada cuando no puede cumplir lo que su señor que le pide. Cuando esto sucede brota su congoja y pasa horas en su habitación derramando lagrimas de arrepentimiento, es tanto el dolor que la invade que desea por momentos terminar con éste de el modo mas drástico, el suicidio. Tiene muy presente que si llegara a cometer tal locura no obtendría el pasaporte al paraíso.
Elena se olvida de su vida creyendo mas en milagros que en si misma, ha perdido contacto con sus hijos quienes padecen los descuidos de esta madre particular. Los cría con notables inclinaciones religiosas, pensando únicamente en el amor como bien común. Dedica gran parte de su tiempo a la comunidad, pero cuando recuerda que es madre no cabe en comparación con ninguna, ella sabe como atender a sus niños sin necesidad de supervisor. Entiende que su maternidad es casi virginal, sus hijos son el mismo fruto del amor del Padre, y ella deberá protegerlos.
Su matrimonio ya desgastado, se mantiene solo por el compromiso de los hijos. Su esposo, mas que cansado por tantas anormalidades decide buscar en otra mujer el afecto que en su casa le niegan.
Su hogar se va desmoronando de a poco. Aunque nunca se percata de su derrota como mujer de la casa , continua yendo a misa y leyendo el libro de la vida , pero nada le alcanza para remontar su situación.
Rodolfo ha decidido marcharse, dentro de unos meses será padre de un hijo ilícito producto del pecado. El niño vendrá a poner fin a su matrimonio y no solo a eso , sino también a quitarle a sus hijos el calor paternal.
Maldice a su esposo tanto como al ser que pronto nacerá, se olvida de defender la vida y desea con todas sus fuerzas que ese embarazo no llegue a termino. No siente culpa por este sentimiento ella esta muy segura que su esposo fue victima de unas de las tantas tentaciones a las que el mal las invita.
Cae en un pozo depresivo y su situación se agrava mas. Si su salud empeora tendrá que terminar internada. Mientras llora su desgracia reza un rosario. Pide que todo se encause y que la paz reine nuevamente. Sus plegarias no llegan y Elena ya perdió su cordura por completo. Después de estar cuatro días en oración y sin probar ningún tipo de alimento como ofrenda, no consigue mas que su pasaporte al hospital. Alimentada por suero en su inconciencia habla con su Todopoderoso y lo hace responsable de no darle la fuerza para soportar tal sufrimiento.
Mientras esta en el hospital, sus hijos abandonados esperan de la piedad de otros para ser alimentados y cuidados. Si bien Elena le ha dedicado mas tiempo a la caridad que a su propia familia , no consigue nadie que quiera retribuirle todo lo que ha hecho. Solos permanecen en su casa aguardando la llegada de mamá.
El diagnóstico llega y no habla bien de su salud mental, presenta un grave desequilibrio emocional. Depresión. Se siente inútil, culpable, triste, indefensa y con una profunda desesperanza. Dentro de unos días le darán el alta, pero permanecerá medicada.
Elena siente que vino a ser la redentora del mal que a su familia el destino le había pronosticado. Tuvo que entregar su cabeza, luz de vida, para salvarlos y salvarse. El mal no acechará mas su hogar. Ella pasará a ser su instrumento, librando a toda su familia de los males. Mientras se cree sus pensamientos, sus hijos se crían talvez como hubiera querido ella … a la buena de Dios.
viernes, 10 de noviembre de 2006
Creencias
Publicado por Elipse en 16:04
Etiquetas: Ocurrencias
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3 comentarios:
tengo un problema con este cuento, mas alla, de que esta bien escrito, siempre, hay algo mas que transmite. todo texto lo hace, e cualkier indole. y aqui, y esto lo digo de forma muy personal, la moralidad explicita es una molestia. es quizas el tema del cuento, pero para mi es casi un golpe bajo apelar a estos sentimientos, cuando tu persona, como escritora que sos podrias hacerlo mejor. no kieero explayarme mas, poruqe se, que a vos te molesta..., y porque se que no tomaria mis palabras como alineto sino como injurias. y no kiero eso.
te mando un beso y espero que sigs escribiendo...
Mira, fuera de la subjetividad de Sergio, creo que independientemente de tus creencias, la opinion mia, va nivel pura y exclusivamente literario.
El remarque de la moralidad religiosa, que es el epicentro de toda esta lectura, y el motivo que acarrea la situación como verbo motor de la narración, y representa la misma lanza que asesina finalmente la vida de el personaje principal por tal obseción; está bien definido y la idea queda remarcada.
No me gusta particularmente, la forma de redacción empleada; tiene carácter de texto técnico, o manual de instrucciones. Si bien se manifiesta la idea, el concepto creo que se define mediante un texto que le falta "vision de alma", como en "Alma", sucede todo el tiempo. Vos fijate que la persona redactada es siempre la tercera, pero Alma, tien un contenido mucho más profundo en la onmisiencia, (se dice asi?), que la forma de redactarlo, en "creencias". Según la idea original, que realmente, como todas tus ideas, me parecen excelentes, creo que más aún, por ser un tema tan arraigado en el sentimiento, deberías de haber puesto a la tercera persona, bajo una redacción que interactúe más con el "alma" del lector, y no con su "cerebro". "Alma", interactúa con el alma del lector, "creencias" es un texto que describe técnicamente el sentimiento.
Esa es mi interpretación. Subjetiva como todas, pero lo que a mi me parece.
La idea, no me molesta para nada, es muy buena, y el tema de religion, ha dado muchisimo de que hablar desde siempre, y siempre lo hará; asique redactar sobre una persona, y su interpretación frente a ésta; es una opción muy buena, para un cuento.
Reitero que esta falta de visión de "alma".
no llega a ser GROSSO.
Saludos.-
Adrián
A mi me gustò mucho el cuento, y me gusta que lo escribas vos que màs cerca estuviste de esta verdad!
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